Wonder Increases As Speed Decreases

Author
David Haskell
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Image of the Week El asombro aumenta a medida que disminuye la velocidad
--por David Haskell

Permíteme un momento: hagamos un breve experimento mental. Compararemos dos mañanas diferentes. En una, volarás de costa a costa, un viaje de cinco horas. Imagínate en el asiento de respaldo alto, siendo lanzad@ a cientos de millas a medida que pasan las horas. ¿Qué sentimiento te viene a la mente? Aburrimiento. La necesidad de distracción es intensa: un libro, una película, una bolsa arrugada de cacahuetes. Ahora, imagina otra mañana. Elije cualquier punto a lo largo de la ruta de vuelo y pasa esas mismas cinco horas dando un paseo por campos, barrios urbanos o bosques. ¿Qué estados mentales te vienen a la mente? No aburrimiento, seguro. ¿Compromiso o curiosidad, tal vez?


Así que, el asombro aumenta a medida que disminuye la velocidad. A medida que cubrimos menos terreno, descubrimos más; a medida que estrechamos el campo de visión, nuestros horizontes se expanden. Los monjes de Oriente saben esto: en un suspiro está todo. Los poetas de Occidente también lo saben: dice Blake, “…un mundo en un grano de arena”. Pero esta verdad no sólo la ven los meditadores y los místicos. Casi toda la literatura se basa en el mismo entendimiento. Puede que Tolstoy empezase Anna Karenina con la afirmación de que “las familias felices son todas iguales; cada familia infeliz es infeliz a su manera”, pero las siguientes novecientas páginas no tratan sobre “todas”, sino que examinan las particularidades de unas pocas. A través de un intenso enfoque en un puñado de personas, Tolstoi pintó una imagen más completa de las relaciones humanas que cualquier libro de texto que lo abarque todo.


Llevé esta idea al bosque para ver qué podía aprender. Pasé un año observando un metro cuadrado de bosque, prestando atención a la vida de este pequeño círculo de hojas. El trozo de bosque se convirtió en mi ventana al mundo natural. Durante ese año vi un desfile de salamandras, escarabajos, gusanos, hongos, flores, pájaros cantores, hormigas, orugas, musarañas y hojas. La actividad presente en una pequeña porción de bosque fue asombrosa. Más sorprendente, sin embargo, fue lo que no pude ver. En medio puñado de tierra, mil millones de microbios viven sus vidas. Los humanos no podemos verlos, pero podemos oler sus cálidos olores en el suelo y ver su acción a medida que las hojas de otoño se hunden gradualmente en la tierra. Sin este “99%” oculto, el resto de la vida no sería posible.


Sentarme en el bosque durante cientos de horas abrió mis sentidos. Me conecté con la variadas cualidades físicas del mundo de maneras que enriquecieron mi experiencia y me ayudaron a comprender mejor el funcionamiento del bosque. La calidad de la luz, por ejemplo, varía drásticamente a lo largo del año. En el verano, las hojas de los árboles codiciosos de fotones roban la mayoría de los colores del espectro de luz, creando un mundo amarillo verdoso debajo del dosel del bosque. Por lo tanto, un pájaro de plumas rojas se ve oscuro y aburrido en verano: los árboles han robado la luz roja, por lo que no hay nada disponible para rebotar en el plumaje del pájaro. Pero si el pájaro se coloca en un rayo de sol sin obstáculos, sus colores se encienden en un resplandor brillante. En otoño, los árboles se sueltan y el paladar del bosque se abre. Las plantas herbáceas en el suelo del bosque aumentan su crecimiento para hacer uso de esta riqueza recién descubierta.


Encontramos maravillas en el mundo no lanzándonos por todo el planeta en aviones en busca de lugares maravillosos. Más bien, el asombro surge cuando prestamos nuestra atención al mundo, comenzando por nuestros hogares. Al recuperar nuestros sentidos, prestar atención al olfato, el tacto, los sonidos y las imágenes que nos rodean, podemos comenzar a escuchar las historias extraordinarias de nuestro mundo. Sin embargo, no confíes en mi palabra. Elige un área pequeña donde sea que vivas (un árbol en un parque, un pequeño círculo de tierra detrás de tu casa, un arroyo detrás de un complejo de apartamentos) y hónralo con tu atención. No esperes drama o iluminación, solo observa en silencio los meses y ve cómo el mundo cobra vida.


Preguntas semilla para la reflexión: ¿Cómo te relacionas con la noción de que el asombro aumenta a medida que disminuye la velocidad? ¿Puedes compartir una historia personal de un momento en que disminuiste la velocidad y te diste cuenta de un aumento del asombro? ¿Qué te ayuda a construir el compromiso de mirar en silencio?

David Haskell es el autor de El bosque oculto. Vive en Sewanee, Tennessee, donde él y su esposa administran Cudzoo Farm, una pequeña granja que produce jabones de leche de cabra hechos a mano.
 

David Haskell is the author of The Forest Unseen. He lives in Sewanee, Tennessee, where he and his wife run Cudzoo Farm, a small homestead producing hand-crafted goat milk soaps.


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