El falso yo de la infancia
Por --- Eric Jones
No hace mucho me encontré con una teoría de la psicología del desarrollo que he tenido dando vueltas en mi cabeza desde entonces. Proviene del pediatra y psicoanalista Donald Winnicott, quien acuñó el término “madre suficientemente buena” para describir el tipo de padre cotidiano que hace todo lo posible para satisfacer las necesidades de sus hijos y sólo falla en hacerlo de maneras ordinarias y comprensibles, incluso inevitables. Su teoría trata sobre los orígenes y el desarrollo de dos yoes distintos en cada un@ de nosotr@s, un "yo verdadero" y un "yo falso".
Winnicott dice que cuando somos bebés y niñ@s muy pequeñ@s, cada un@ de nosotr@s expresa instintivamente nuestr@ verdadero yo: lloramos cuando tenemos hambre, estamos cansad@s o estamos angustiad@s; Cuando somos niñ@s pequeñ@s, actuamos con creatividad y espontaneidad sin pensar mucho (si es que pensamos algo) en lo que es correcto o apropiado, y podemos tener los arrebatos emocionales más dramáticos cuando no conseguimos lo que queremos. No podemos evitar expresar nuestro verdadero yo cuando somos muy jóvenes, porque no podemos hacer otra cosa; Necesitamos lo que necesitamos y queremos lo que queremos, y hacemos todo lo posible para conseguirlo.
Y aquí está el quid de la cuestión: si nuestros cuidadores están en sintonía y son capaces, si tienen la habilidad de leer nuestras verdaderas expresiones de necesidad y deseo y (en su mayoría) gratificarlas la mayor parte del tiempo, esto fortalece la creencia en nosotros de que nuestras necesidades más honestas están bien y que nosotr@s mism@s somos identificables y dign@s. Si recibimos este reconocimiento y tranquilidad de nuestro “verdadero yo” cuando somos niños, entonces es mucho más probable que lleguemos a la edad adulta conectad@s con nuestro verdadero yo, dispuest@s a vivir abiertamente, viv@s y presentes a nuestros anhelos más profundos.
Pero algun@s de nosotr@s no obtenemos ese consuelo tan necesario. Cuando somos niñ@s muy pequeñ@s expresamos nuestras necesidades más verdaderas y nuestr@s cuidadore/as no pueden responder de manera adecuada o consistente, debido a cosas como la depresión o la adicción, y llegamos a aprender que nuestras necesidades más básicas no son aceptables ni identificables. Winnicott dice que en casos como este un/a niñ@ se vuelve "dócil", lo que significa que no simplemente deja de expresar sus necesidades más verdaderas a l@s cuidadore/as que no pueden o no quieren satisfacerlas, sino que pierde el contacto con esas necesidades más profundas al convencerse a sí mism@ de que no eran cosas que necesitaban de verdad. Esta historia adaptativa es, según Winnicott, el nacimiento del “falso yo”, que también es el yo dócil.
Dicho de manera más simple, creo que la teoría es que cuando somos muy jóvenes, necesitamos tener adult@s a nuestro alrededor que sean lo suficientemente fuertes, capaces y amoros@s como para que podamos expresar nuestras necesidades y anhelos con el mayor autocontrol antisocial y centrados en nosot@s mism@s como sea humanamente posible, y que constantemente nos amen incondicionalmente, nos acepten y nos den lo que necesitamos la mayor parte del tiempo. Al hacerlo, nos enseñan que realmente podemos ser nosotr@s mism@s más auténticos y que el mundo aún nos abrazará, nos aceptará e incluso nos amará. Y cuando no lo entendemos, aprendemos lo contrario: que el mundo podría no aceptarnos y casi con seguridad no nos amará si expresamos nuestras verdaderas necesidades o llamados. Y aún más, hacemos un buen trabajo convenciéndonos de que no queremos lo que en realidad necesitamos, que viviremos vidas divorciadas de nuestra creatividad y pasiones porque no podemos encontrar el camino de regreso a ellas después de esas primeras y formativas mentiras. Estaremos perdidos en nuestro falso yo, complaciéndonos con los demás, sin confiar en que el mundo sea lo suficientemente fuerte o capaz para cuidarnos.
Para apoyar a un amigo, Eric Jones inició el desafío de escribir algo a diario. Esta fue su entrada del 29 de mayo de 2022. Una de sus otras prácticas inspiradoras es ocupar el asiento del medio en los vuelos y apoyar a las personas a su lado izquierdo y derecho. :)
PREGUNTAS SEMILLA PARA LA REFLEXIÓN: ¿Cómo te relacionas usted con la necesidad de seguridad de l@s jóvenes, de modo que sus necesidades y anhelos básicos puedan expresarse con tanto egocentrismo antisocial como sea humanamente posible y aun así ser amad@s incondicionalmente? ¿Puedes compartir una historia personal de alguna vez en la que conservaste la conexión con tu yo auténtico debido a la aceptación incondicional de tu necesidad? ¿Qué te ayuda a equilibrar la necesidad de autenticidad con el daño causado por la expresión poco hábil de nuestra necesidad?