Empieza Donde Estás
–por Pema-Chodron
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Ya tenemos todo lo que necesitamos. No hay necesidad de auto-mejorarnos. Todos estos viajes que nos ponemos nosotr@s mism@s, los deberes pesados temiendo que somos malos y esperando que seamos buenos, las identidades a la que tan encantadamente nos apegamos, la rabia, los celos y las adicciones de todo tipo, nunca tocan nuestra riqueza fundamental. Son como nubes que temporalmente bloquean el Sol. Pero todo el tiempo nuestro calor y luminosidad están aquí mismo. Esto es lo que realmente somos. Estamos sólamente a un pestañeo de estar completamente despiert@s.
Mirarnos a nosotr@s mism@s de esta forma es muy diferente del hábito que solemos tener. Desde esta perspectiva no necesitamos cambiar: te puedes sentir tan miserable como quieras y aún así sigues siendo candidat@ para estar iluminad@. Te puedes sentir como el peor caso de desesperanza del Mundo, pero ese sentimiento es tu riqueza, nada que se tenga que desechar o mejorar en sí. Hay una riqueza en todas esas cosas que apestan que tanto nos desagradan y que tan poco deseamos. Las cosas encantadoras, las cosas que tanto nos gustan de nosostr@s mism@s, los lugares en los que sentimos algún tipo de orgullo o inspiración, también son nuestra riqueza.
Cuando escuchamos acerca de piedad o misericordia, naturalmente nos trae una oportunidad de trabajar con otr@s, de cuidar a otr@s. La razón por la cual no estamos presentes con otr@s, ya sea con nuestro hijo o nuestra madre o alguien que nos está insultando o alguien que nos asusta, es que no estamos ahí para nosotr@s. Hay partes enteras de nosostr@s mism@s que son tan despreciadas que cuando sea que empiezan a surgir, nos queremos escapar de ellas.
Porque escapamos, seguimos perdiéndonos el estar presente, estar ahí mismo. Seguimos perdiéndonos el momento en el que estamos. Y sin embargo, si podemos vivir el momento en el que estamos, descubrimos que es único, precioso y completamente fresco. Nunca pasa dos veces. No se repite. Un@ puede apreciar y celebrar cada momento, no hay nada más sagrado. No hay nada más vasto o absoluto. De hecho, ¡no hay nada más!
El grado en el que hemos podido conocer nuestro dolor personal, el grado en el que nos hemos relacionado simplemente con el dolor, así será nuestra capacidad de ser lo suficientemente valientes, lo suficientemente sin miedo, lo suficientemente guerrer@ para estar dispuest@ a sentir el dolor de otr@s. A ese grado seremos capaces de tomar el dolor de otros porque habremos descubierto que su dolor y nuestro dolor no son diferentes.
–Pema Chödrön [Lectura escogida de Awakin.]