Tres poderes místicos
--por Fred LaMotte
He alcanzado tres poderes místicos supremos. Te los voy a enseñar, si estás list@. Estos siddhis superan todos los obstáculos, aturden a tod@s l@s enemig@s y abren todos los portales al Infinito. Normalmente los mantendría en secreto, sólo para los iniciados, pero como nos acercamos al colapso del imperio, debo compartirlos contigo con la esperanza de que los uses como talismanes en tu viaje.
Estos tres poderes místicos han estado ocultos durante miles de años en los monasterios del Himalaya, pero ahora deben ser revelados. Por supuesto, recibiste estas iniciaciones secretas cuando eras un bebé en la cuna, haciendo goo-goo, haciendo pompas y tirando pedos, murmurando "¡Ga!" "¡Hu!" "¡Mamá!" "¡Bha!" y otros bijamantras de sabiduría suprema. Pero cambiaste tu resplandor por una educación. Ahora debes ser reiniciad@.
1. Primero, siempre que estés triste, enfadad@ o confundid@, tómalo como una señal para abandonar tu mente. Sumérgete en tu cuerpo. Siente los latidos de tu corazón. Simplemente deja de quejarte, déjate caer y entra en los latidos de tu corazón.
2. No tomes la siguiente inhalación, recíbela.
3. Cuando hayas entrado en los latidos de tu corazón y te hayas dado cuenta de que cada respiración es un regalo que debes recibir, no coger, entonces ofrécele el regalo al Dador, exhala lentamente y escucha. ¿Escuchar qué? Entre exhalar e inhalar, escucha el sonido más silencioso y distante. Solo por un momento. Este momento es una puerta eterna. Esta puerta está en el centro de tu pecho, entre el ir y el venir, entre los latidos, donde no hay viaje, ni pensamiento, ni "yo".
¿Escuchar qué? Escucha el espacio más allá del sonido más débil. Escucha la vitalidad vibrante de la escucha misma. Escucha la sinfonía de tu carne, el coro de electrones, el canto de las estrellas lejanas cayendo en las neuronas de tu plexo solar. Húndete en el zumbido del silencio.
Ahora debes pagarme. Aquí está tu tarifa de iniciación. Porque si no me pagas, el poder místico de estas técnicas secretas no se activará. ¿DE ACUERDO? Así que, por favor, envíame oleadas de compasión. Perdóname por haber imaginado alguna vez que había algo que aprender más que la escucha, la pulsación y la amistad con el propio corazón.
Preguntas semilla para la reflexión: ¿Qué te abre la noción de recibir tu próxima inhalación? ¿Puedes compartir una historia personal de alguna vez en la que pudiste abandonar tu mente cuando estabas triste, enfadad@ o confundid@? ¿Qué te ayuda a escuchar el espacio más allá del sonido más débil?
Fred LaMotte es un poeta.