Tod@s somos mendig@s
- por Chaz Howard
Una teología vivida desde la base no ve el mundo a través del cristal del bien y del mal. Esto no es una negación de la existencia del mal, más bien es creer que el mal es algo que hacen las personas. La gente no es mala, solo a veces hace cosas malas. Y todas las cosas malas tienen una fuente: la tierra de donde surgen.
Cuando era seminarista, conocí a una joven poeta llamada Anne Marie que una vez escribió una carta poética que compartió conmigo; "El miedo es el jardín del pecado". Con el tiempo, también he llegado a agregar "daño", porque el corazón herido es a menudo una fuente de gran compasión o gran violencia.
El conocimiento de que aquell@s que nos rodean y que están haciendo mal, lo hacen por una razón, debe permitirnos ver y apreciar su humanidad y su potencial para ser redimid@s.
Es radical creer en el potencial de redención. Una persona que roba tiendas y / o trafica con drogas no es una persona malvada. Quizás fueron las circunstancias de la vida, la salud mental, el miedo, la falta de opciones, la falta de educación lo que la llevó a ese punto de su vida. La desesperanza, la desesperación y la sensación de estar deshumanizad@ pueden llevar a alguien a profundidades que no sabía que tenía.
La humildad y la fuerza de carácter que un@ debe tener para decidirse a mendigar o pedir dinero o comida es algo profundamente ajeno a la mayoría de nosotr@s. Si no fuera lo suficientemente difícil tener que extender la mano y suplicar por las sobras, la experiencia de ser ignorad@ por personas que tienen los medios para cambiar tu vida es desgarradora. Y quienes se detienen a menudo te dan solo unas pocas monedas, nunca te tocan la mano, nunca te miran a los ojos, nunca te preguntan tu nombre. Con el tiempo, para algún@s, esto es demasiado. Su voz se hace más fuerte. Desechan la cortesía y ya no les importa cómo se ven. Y el dolor de la deshumanización y el miedo a morir de hambre, pronto da un fruto amargo.
Ahhh, ahora que el/la mendig@ es "ruidos@ y agresiv@" por fin l@ vemos, solo el tiempo suficiente para sacarl@ del espacio que antes era pacífico.
Una teología de base puede comprender lo que tocar fondo puede hacerle a una persona. No en un sentido condescendiente, sino en uno humanizador, reconociendo que tod@s estamos en proceso. Tod@s somos mendig@s con las manos extendidas, aunque podemos alcanzar cosas diferentes.
Las últimas palabras escritas por el gran reformador Martín Lutero hablan de esto.
“Wir sind bettler. Hoc est verum ". "Todos somos mendigos, esto es cierto".
Preguntas semilla para la reflexión: ¿Cómo te relacionas con la noción de que tod@s somos mendig@s? ¿Puedes compartir una historia personal de alguna vez que te diste cuenta de lo que tocar fondo puede hacerle a una persona? ¿Qué te ayuda a conservar la empatía cuando estás herid@?
Chaz Howard es capellán de UPenn.