Invisibilidad en tiempos de transparencia
- por Akiko Busch
¿Cuál es la diferencia entre ser invisible y simplemente aterrizar en un punto ciego?
En el bosque, a no más de una hora, me vuelve a llamar la atención la invisibilidad, y su coreografía improvisada, como condición necesaria de la vida. Me recuerda la gracia de la reticencia, el poder de la discreción y la posibilidad de ser completamente privado y autónomo, pero profundamente consciente y receptivo del mundo. Si me encanta permanecer fuera de la vista, es porque tal comportamiento parece tan raro en nuestra propia especie. En los últimos años, nos ha preocupado más que nunca la cuestión de cómo permanecer a la vista.
Sin embargo, los seres humanos tenemos nuestras propias formas diversas de ser vistos o invisibles. Tenemos nuestras propias métricas de invisibilidad, y nuestra visión es un asunto que va más allá del espectro electromagnético. Nos damos a conocer o no, y la familiaridad, el daltonismo y la visión periférica son lo de menos. Hemos ideado un vasto catálogo de estrategias inventivas (físicas, psicológicas, tecnológicas) sobre cómo maniobrar para entrar y salir de la línea de visión de los demás. Pueden ser cautivadores, encantadores, engañosos, manipuladores, esperanzados, desesperados, graciosos, aislantes, lógicos, ilógicos, extraños y completamente misteriosos. Esta era de transparencia creciente es el momento de considerarlas de nuevo.
La visibilidad se ha convertido en la moneda común de nuestro tiempo, y las circunstancias gemelas de las redes sociales y la economía de la vigilancia han redefinido la forma en que vivimos. En su histórico libro de 1979, La cultura del narcisismo, Christopher Lasch señaló que "el éxito en nuestra sociedad debe ser ratificado por la publicidad". Cuarenta años después, nuestro culto a la transparencia, al igual que las nuevas tecnologías habilitadoras muestran su premonición. Se ha convertido en una rutina asumir que las recompensas de la vida son públicas y que nuestras vidas pueden medirse por cómo nos ven más que por lo que hacemos.
Ha surgido un nuevo vocabulario para esta visibilidad. La palabra óptica ahora tiene menos que ver con la ciencia de la luz y más con cómo las impresiones visuales de eventos y problemas pueden ser más importantes que los eventos y problemas en sí mismos. Al alterar el flujo de información, la revolución tecnológica también ha revisado radicalmente la forma en que nos presentamos al mundo exterior, y la novedosa frase "curar la identidad" se refiere a la autopromoción, la marca personal y la capacidad de crear y cultivar perfiles variados —consumidor, social, político, profesional— en las redes sociales que son vistos como mercancías valiosas, de hecho esenciales. [...]
Cuando la identidad se deriva de proyectar una imagen en el ámbito público, se pierde algo, se diluye algún núcleo de identidad, se sacrifica algún sentido de autoridad o interioridad. Es hora de cuestionar la falsa equivalencia entre no ser visto y esconderse. Y es hora de reevaluar los méritos de la vida discreta, de buscar algún antídoto para la exposición continua y de reconsiderar el valor de pasar desapercibido, sin ser detectado o pasado por alto en este nuevo mundo. ¿Podría la invisibilidad ser considerada no simplemente como un refugio, sino como una condición con su propio significado y poder?
Pasar desapercibid@ puede estar convirtiéndose en un signo de decencia y seguridad en un@ mism@. El impulso de pasar desapercibid@ no se refiere a un aislamiento complaciente o una conformidad sin sentido, sino a mantener la identidad, la propiedad, la autonomía y la voz. No se trata de retirarse del mundo digital, sino de encontrar alguna alternativa genuina a una vida de exhibición perpetua. No se trata de un borrado sin sentido, sino de una conciencia plena. Ni vergonzosa ni desacreditadors, tal oscuridad puede ser vital para nuestro propio sentido de ser, una forma de encajar con el panorama social, cultural o ambiental inmediato. El esfuerzo humano puede ser algo interior, privado y autónomo. Podemos beneficiarnos, en lugar de sufrir, de una profunda cautela.
Preguntas semilla para la reflexión: ¿Cómo te relacionas con la noción de que escapar de la notoriedad puede ser "encontrar alguna alternativa genuina a una vida de exhibición perpetua"? ¿Puedes compartir una historia personal de un momento en el que sentiste el impulso de escapar de la atención, desde un espacio de conciencia plena? ¿Qué esfuerzos interiores te conectan con tu cautela profunda?
Akiko Busch escribe sobre diseño, cultura y naturaleza para una variedad de publicaciones. El extracto de arriba es de su colección de ensayos, Cómo desaparecer: notas sobre la invisibilidad en una época de transparencia.