Un mayor nivel de compromiso consciente
- por James O'dea
Vivimos en una era de mezcla heterogénea espiritual: la gente está mezclando conceptos, aforismos y percepciones de una amplia variedad de tradiciones místicas y religiosas. Una mezcla de nociones extraídas de muchos caminos espirituales está surgiendo ahora como receta popular para todos y cada uno de los buscadores: "Cree que todo saldrá perfectamente"; “Niega el poder de lo negativo enfatizando lo positivo”; “Confía siempre en tu intuición”; “Céntrate en ser o participa en el activismo”; "No te dejes atrapar por el mundo de las formas y la ilusión"; "Vive en esencia". Esta lista es claramente una reducción simplista del requisito de las prácticas espirituales diseñadas para trascender los límites del ego.
Ahora se está aplicando un misticismo superficial como comentario social más amplio. Rumi está en boca de todos: “Más allá de las ideas de mal y bien, hay un campo. Nos vemos allí."
Tal pronunciamiento pone a los moralistas en pie para hacernos conscientes de que las palabras de Rumi pueden contener una especie de verdad psicoespiritual, pero no son la base para crear una sociedad moralmente ilustrada. El moralista se apresura a identificar las consecuencias de nuestras elecciones. Se nos insta a recordar que nuestras elecciones pueden ser muy creativas o profundamente dañinas para el orden social y la vida comunitaria. Nuestras elecciones pueden ser una maldición o una bendición en la vida de los demás y para la vida del planeta. Los activistas morales nos instan a desarrollar la voluntad de establecer conscientemente valores, códigos y leyes, y adherirnos a ellos.
Los activistas sociales, por otro lado, a menudo nos recordarán que el progreso no está garantizado y que es incompleto en muchos ámbitos. También nos recuerdan que existe una necesidad constante de luchar contra el estrecho interés propio e incluso las fuerzas regresivas que buscan hacer retroceder los logros obtenidos por las generaciones anteriores. Estimulan nuestra conciencia a permanecer alerta y nos suplican que prestemos atención a todo, desde la pobreza hasta la contaminación. En ocasiones, los activistas son juzgados con dureza por estar demasiado preocupados por las deficiencias e insuficiencias de los sistemas sociales y políticos, y se les considera demasiado negativos o que provienen de una conciencia de “escasez”. Pero la realidad es que están tratando de captar nuestra atención y hacer que nos enfoquemos en preocupaciones que han desaparecido de la pantalla del radar de nuestra conciencia.
El desafío tanto para los activistas morales como para los sociales es evitar que la necesidad de cambiar los comportamientos humanos disfuncionales y los sistemas injustos los mareen. Deberían procurar evitar el juicio corrosivo: Cuando la euforia por la justicia conduce a la demonización de los demás, se comete más injusticia. La ansiedad, la frustración, la ira e incluso la indignación constantes no resueltas pueden llevar no solo al agotamiento, sino también a una fijación en lo externo del problema. La atención del activista puede quedar atrapada en el campo de acción y desconectarse de la crianza del ser mismo.
Igualmente, el desafío para el buscador espiritual es evitar volverse egocéntrico. Como ha señalado el Dalai Lama, no es suficiente meditar y desarrollar compasión por los demás, hay que actuar.
La acción enérgica puede entregarse a los principios más elevados del amor, perdón y reconciliación, como han demostrado Gandhi y otros. Estos ejemplos de conciencia superior han allanado el camino para un cambio más universal en la conciencia humana. Enfrentar los fuegos de la hostilidad, la explotación y el odio con una postura que es a la vez profundamente compasiva y espiritualmente distante y, al mismo tiempo, genera acción creativa e iluminada, es ahora la tarea del ciudadano con conciencia global.
Podemos aumentar nuestra fuerza interior para tomar decisiones críticas para nosotros mismos y para el planeta al abstenernos de abarrotar nuestras vidas con demasiadas opciones superficiales. La elección de rendirse a una guía superior, de escuchar profundamente la voz interior propia y los llamamientos del alma, no es pasividad, sino un nivel más alto de compromiso consciente.
Preguntas semilla para la reflexión: ¿Qué entiendes por la 'elección de rendirse a una guía superior'? ¿Puedes compartir una historia personal de un momento en que pudiste adoptar una postura que fue a la vez profundamente compasiva y espiritualmente desapegada? ¿Qué te ayuda a evitar las trampas duales de la egocentrismo y la comprensión superficial?
James O'dea es autor de varios libros, ex presidente de IONS y director de Amnistía Internacional en Washington.