Abandona solo lo que no es tuyo
--por Shaila Catherine
Los sabios comprenden la importancia de dejar ir, incluso dejar ir las cosas por las que nos esforzamos y logramos. El entrenamiento meditativo se trata más de dejar ir que de alcanzar niveles de absorción. La vida espiritual te invita a renunciar a todo lo que te ata, ya sean tus preciadas fantasías, actitudes destructivas, suposiciones, opiniones o amados roles, creencias e ideales.
"Si no quieres sufrir, no te aferres" podría resumir el objetivo principal de todas las instrucciones del Buda. Pero si no puedes seguir esa simple instrucción por completo y necesitas (como muchos de nosotros lo hacemos) enfoques más complejos que te ayuden o te mantengan ocupado hasta que finalmente te canses de aferrarte, generaciones de practicantes han ideado una amplia gama de herramientas de meditación.
Y, sin embargo, si en algún momento no estás seguro de qué hacer en esta práctica, simplemente déjalo.
No es necesariamente una tarea más a realizar. Es, simplemente, lo que ocurre cuando no te estás aferrando: una expresión directa de sabiduría que surge en un momento de experiencia. La sabiduría simple nos dice: "Cuando te arrastran, suelta la correa". Cuando sientes el dolor de aferrarte y entiendes el agarre como la causa de tu sufrimiento, la solución se vuelve obvia.
Algunas personas temen que dejar ir podría disminuir la calidad de sus vidas, salud, habilidades, logros o propiedad personal. A esto, el Buda dijo: "Lo que no sea tuyo, abandónalo; cuando lo hayas abandonado, eso te llevará a tu bienestar y felicidad". Esto invita a una reflexión profunda sobre lo que uno puede reclamar auténticamente como propio. A medida que discernimos el carácter impermanente y condicionado de todos los procesos materiales y mentales, eliminamos las percepciones, la experiencia sensorial y las cosas materiales como campos de posesión. En la superficie, parece que se nos pide que renunciemos a todo, pero al mismo tiempo nos damos cuenta de que en realidad no poseemos nada y, en consecuencia, no hay nada a lo que realmente se pueda renunciar. El gran abandono es abandonar el concepto de propiedad.
Dejar ir en meditación es la renuncia que no implica pérdida. Reconocer la impermanencia conduce a la realización de la naturaleza pura e ininteligible de las cosas. Conociendo este hecho básico de las cosas, uno no tiene nada que temer. Y el deleite extraordinario que surge con la realización supera todos los placeres temporales, suavizando cualquier miedo residual que pueda querer comprender nuevamente lo que nunca se puede poseer.
Preguntas semilla para la reflexión: ¿Qué significa para ti 'renuncia que no implica pérdida'? ¿Puedes compartir una historia personal de un momento en que soltaste la correa? ¿Qué te ayuda a reconocer la impermanencia de las cosas en tu vida diaria?
Shaila Catherine es profesora de meditación, con especial experiencia en estados profundos de absorción. El extracto anterior es de su libro, Centrad@ y sin miedo.