Cuando la luz brilla, la oscuridad se convierte en luz
--por Thich Nhat Hanh
De vez en cuando puedeS volverTe inquiet@, y la inquietud no desaparecerá. En esos momentos, simplemente siéntate en silencio, sigue tu respiración, sonríe a medias y haz brillar tu conciencia sobre la inquietud. No lo juzgues ni trates de destruirlo, porque esta inquietud eres tú mismo. Nace, tiene un período de existencia y se desvanece, de forma bastante natural. No tengas demasiada prisa por encontrar su fuente. No te esfuerces demasiado en que desaparezca. Solo ilumínalo. Verás que poco a poco cambiará, fusionándose, conectándose contigo, el observador. Cualquier estado psicológico que sometas a esta iluminación se suavizará y adquirirá la misma naturaleza que la mente observadora.
A lo largo de tu meditación, mantén el sol de tu conciencia brillando. Al igual que el Sol físico, que ilumina cada hoja y cada brizna de hierba, nuestra conciencia ilumina todos nuestros pensamientos y sentimientos, lo que nos permite reconocerlos, ser conscientes de su nacimiento, duración y disolución, sin juzgarlos ni evaluarlos, darles la bienvenida o desterrarlos. Es importante que no consideres la conciencia como tu "aliada", llamado a suprimir a los "enemigos" que son tus pensamientos rebeldes. No conviertas tu mente en un campo de batalla. No tengas una guerra allí; porque todos tus sentimientos (alegría, tristeza, ira, odio) son parte de ti mismo. La conciencia es como un hermano o hermana mayor, gentil y atento, que está allí para guiar e iluminar. Es una presencia tolerante y lúcida, nunca violenta o discriminatoria. Está ahí para reconocer e identificar pensamientos y sentimientos, no para juzgarlos como buenos o malos, o colocarlos en campos opuestos para luchar entre ellos. La oposición entre lo bueno y lo malo a menudo se compara con la luz y la oscuridad, pero si la miramos de otra manera, veremos que cuando brilla la luz, la oscuridad no desaparece. No se va; se funde con la luz. Se convierte en la luz.
Hace un tiempo invité a mi invitado a sonreír. Meditar no significa luchar con un problema. Meditar significa observar. Tu sonrisa lo prueba. Demuestra que eres amable contigo mismo, que el sol de la conciencia brilla en ti, que tienes el control de tu situación. Eres tú mismo y has adquirido algo de paz. Es esta paz la que hace que a un niño le guste estar cerca de ti.
Preguntas semilla para la reflexión: ¿Cómo te relacionas con la noción de que cuando la luz brilla, la oscuridad se convierte en luz? ¿Puedes compartir una historia personal de una época en la que pudiste observar tus pensamientos sin juzgar ni evaluar? ¿Qué te ayuda a ser amable contigo mismo?
Por Thich Nhat Hanh.