LUCHAR POR EL CAMBIO, LIDERAR EL PROGRESO
Un planteamiento imprescindible para la vida es “aceptar las cosas como son” y confiar en el Universo. Sin embargo también lo es “esforzarse para que las cosas cambien”, pues si quieres ser competente en los negocios – y de paso también en las relaciones – entonces necesitas añadir foco, constancia y seriedad, a menudo en combinación con un plan estratégico y una inclinación hacia la superación.
Practicar el “aceptar las cosas como son” también es de crucial importancia. De por sí, nos sirve de punto de referencia en nuestra interpretación de la realidad y en nuestra toma de decisiones sobre lo que es preciso que cambie. Si no somos capaces de apreciar las cosas tal y como son, y no aceptamos lo que vemos, entonces se vuelve muy complicado actuar de manera competente. Aceptar “aquello que el universo nos trae” es importante para evitar que malgastemos el tiempo y la energía intentando cambiar lo que no permite ser cambiado. Sin embargo, el hecho de “aceptar las cosas como son” por sí solo generalmente no basta. La cara negativa y oculta de la aceptación son la pasividad, la pereza y la evitación. Eso no es liderar con consciencia, pues si detectamos una oportunidad y no la aprovechamos, nadie se beneficia.
Por otro lado, lo que se esconde detrás de la “lucha por el cambio” es que nuestros planteamientos se vuelven rígidos y controladores. En realidad nuestra vida cotidiana se centra mayormente en hacer frente al cambio: en gestionarlo, en adaptarnos a él, y de vez en cuando en originarlo y dirigirlo. Para ser competentes necesitamos saber cuándo practicar la aceptación y cuándo impulsar el cambio. Suena más fácil de lo que es. El equilibrio no está en encontrar el terreno intermedio entre la aceptación y la acción; está en disponer de la libertad, el discernimiento y la habilidad para considerar ambos a la vez de modo que sepamos en cada situación discernir cómo actuar de manera competente. Es el meollo de la competencia: un reto que, aunque sencillo, puede ser desquiciante.
El cambio como tal es intrínseco a la condición humana. Con cada cambio aprendemos y nos reinventamos. Percibimos las cosas de una manera que antes no era posible. Logramos cosas y funcionamos de una manera que antes no podíamos. El mundo varía con cada cambio, nuestras relaciones se transforman. Con cada cambio estamos expandiendo continuamente nuestra capacidad para intervenir, para generar, para imaginar y para construir nuestras relaciones e instituciones. Para que quede claro de lo que hablo: la frase “luchar por el cambio” podría también expresarse como “liderar el progreso” o la “transformación”. Es decir, que a medida que aceptamos que todas las cosas cambian, reconocemos que muchas de ellas pueden mejorarse, y entonces nos auto responsabilizamos para mejorarlas de manera activa. Así, tanto en el trabajo como en las relaciones, no nos quedamos esperando sentados a que aparezcan los problemas para después intentar solucionarlos; tomamos la iniciativa para comprender nuestra situación actual e imaginamos un futuro mejor, un presente mejor. Desarrollamos una visión, sabemos a dónde queremos llegar y empezamos a caminar.
Se trata de liderar de forma consciente, algo que resulta vital tanto para nuestra vida personal como para la laboral.
Marc Lesser es maestro Zen y consultor empresarial.
Marc Lesser is a Zen teacher and a business consultant.