Camino con corazón
- por Jack Kornfield
Al emprender una vida espiritual, lo que importa es simple: debemos asegurarnos de que nuestro camino esté conectado con nuestro corazón. Al final, la vida espiritual no es un proceso de búsqueda u obtención de alguna condición extraordinaria o poderes especiales. De hecho, esa búsqueda puede alejarnos de nosotros mismos. Si no tenemos cuidado, podemos encontrar fácilmente los grandes fracasos de nuestra sociedad moderna —su ambición, materialismo y aislamiento individual— repetidos en nuestra vida espiritual.
Al comenzar un viaje espiritual genuino, tenemos que estar mucho más cerca de casa, enfocarnos directamente en lo que está justo aquí frente a nosotr@s, para asegurarnos de que nuestro camino esté conectado con nuestro amor más profundo.
Cuando preguntamos: "¿Estoy siguiendo un camino con el corazón?" descubrimos que nadie puede definirnos exactamente cuál debe ser nuestro camino. Debemos mirar los valores por los que hemos elegido vivir. ¿Dónde ponemos nuestro tiempo, nuestra fuerza, nuestra creatividad, nuestro amor? Debemos mirar nuestra vida sin sentimentalismo, exageración o idealismo. ¿Lo que estamos eligiendo refleja lo que valoramos más profundamente? Si estamos quiet@s y escuchamos profundamente, aunque sea por un momento, sabremos si estamos siguiendo un camino con el corazón.
Las cosas que más importan en nuestras vidas no son fantásticas ni grandiosas. Son los momentos en los que nos tocamos, en los que estamos ahí de la forma más atenta o cariñosa. Esta intimidad simple y profunda es el amor que todos anhelamos. Estos momentos de tocar y ser tocados pueden convertirse en la base de un camino con corazón, y tienen lugar de la manera más inmediata y directa. La Madre Teresa lo expresó así: “En esta vida no podemos hacer grandes cosas. Solo podemos hacer pequeñas cosas con gran amor."
En el estrés y la complejidad de nuestras vidas, podemos olvidar nuestras intenciones más profundas. Pero cuando las personas llegan al final de sus vidas y miran hacia atrás, las preguntas que hacen con mayor frecuencia no suelen ser: "¿Cuánto hay en mi cuenta bancaria?" o "¿Cuántos libros escribí?" o "¿Qué construí?" o similar. Si tiene el privilegio de estar con una persona que está consciente en el momento de su muerte, encontrará que las preguntas que esa persona hace son muy simples: "¿Amé bien?" "¿Viví plenamente?" "¿Aprendí a dejar ir?"
Estas sencillas preguntas van al centro mismo de la vida espiritual. Cuando consideramos amar bien y vivir plenamente, podemos ver las formas en que nuestros apegos y miedos nos han limitado, y podemos ver las muchas oportunidades para que se abran nuestros corazones. ¿Nos hemos permitido amar a las personas que nos rodean, a nuestra familia, a nuestra comunidad, a la tierra en la que vivimos? ¿Y también aprendimos a dejar ir? ¿Aprendimos a vivir los cambios de la vida con gracia, sabiduría y compasión? ¿Hemos aprendido a pasar de la mente aferrada al gozo a la libertad?
Todas las demás enseñanzas espirituales son en vano si no podemos amar. Incluso los estados más exaltados y los logros espirituales más excepcionales carecen de importancia si no podemos ser felices en las formas más básicas y ordinarias, si, con nuestros corazones, no podemos tocarnos un@s a otr@s y tocar la vida que se nos ha dado. Lo que importa es cómo vivimos. Por eso es tan difícil e importante hacernos esta pregunta: "¿Estoy viviendo mi camino plenamente, vivo sin arrepentimientos?" para que podamos decir en cualquier día que sea el final de nuestra vida: "Sí, he vivido mi camino con el corazón".
Preguntas semilla para la reflexión: ¿Cómo te relacionas con la noción de que las cosas que más nos importan no son fantásticas y grandiosas, sino los momentos en los que nos cuidamos y estamos atentos l@s un@s a los otr@s? ¿Puedes compartir una historia personal de un momento en que viste muchas oportunidades para que tu corazón se abriera y las aprovechaste? ¿Qué te ayuda a vivir tu camino con el corazón?
Jack Kornfield ha sido maestro espiritual durante décadas, es autor de muchos libros y el fundador del centro de meditación Spirit Rock.