Escondiendo un centavo
--por Annie Dillard
Cuando tenÃa seis o siete años, mientras crecÃa en Pittsburgh, solÃa coger uno de mis valiosos centavos y ocultarlo para que otro lo encontrara. Era una compulsión curiosa; Lamentablemente, nunca la he vuelto a sentir desde entonces. Por alguna razón, siempre "escondÃa" el centavo en el mismo tramo de la acera, en la calle. Lo envolvÃa en las raÃces de un sicómoro, por ejemplo, o en un agujero de los que quedan cuando la acera se desconcha. Luego con un trozo de tiza y, comenzando en cada extremo del bloque, dibujaba enormes flechas que conducÃan al centavo desde ambas direcciones.
Después de aprender a escribir, etiquetaba las flechas: SORPRESA DELANTE o DINERO EN ESTA DIRECCIÓN. Me emocionaba mucho mientras dibujaba las flechas y al pensar en el primer afortunado que pasarÃa y recibirÃa de este modo, sin importar su mérito, un regalo gratuito del universo. Pero nunca espiaba. Me iba directa a casa y no volvÃa a pensar en el asunto, hasta que, algunos meses después, volvÃa a sentir el impulso de ocultar otro centavo.
El mundo está bastante salpicado y lleno de centavos lanzados por una mano generosa. Pero, y este es el punto, ¿Quién se emociona con un simple centavo?
Es una pobreza extrema, de hecho, cuando un hombre está tan desnutrido y fatigado que no se agacha para recoger un centavo. Pero si cultivas una pobreza y una simplicidad sanas, de modo que encontrar un centavo te mejorará el dÃa literalmente, entonces, dado que el mundo está en realidad sembrado de centavos, has comprado con tu pobreza toda una vida llena de dÃas felices.
Es asà de simple.
Preguntas semilla para la reflexión: ¿Cómo te relacionas con la noción de “pobreza y simplicidad sanas†que te permite estar alegre en el descubrimiento? ¿Puedes compartir una historia personal de una ocasión en la que te deleitaste con gratitud por recibir un regalo simple, humilde y anónimo? ¿Qué te ayuda a cultivar una 'pobreza y simplicidad sanas'?
Extracto de Annie Dillard extraÃdo de su libro, 'Pilgrim at Tinker Creek'.
Annie Dillard's excerpt taken from her book, 'Pilgrim at Tinker Creek.'