La comunicación come sincronización mutua.
por Ursula LeGuin
Cada acto de comunicación es un acto de tremendo valor en el que nos entregamos a dos posibilidades paralelas: la posibilidad de plantar en otra mente una semilla germinada en la nuestra y verla florecer en una flor deslumbrante de entendimiento mutuo; y la posibilidad de ser completamente malentendid@, reducid@ a una hierba marchita.
La sinceridad y la claridad son un gran avance para fertilizar la tierra, pero al final siempre hay un cierto grado de incertidumbre en el clima de la comunicación: incluso la más cálida intención puede encontrarse con una helada. Sin embargo, algo nos impulsa a tener estas posibilidades en ambas manos y seguir rindiéndonos a la belleza y el terror de la conversación, ese antiguo y permanente don humano. Y lo más mágico, lo más sagrado, es que cualquiera que sea el resultado, terminamos transformándonos un@s a otr@s en este proceso vulnerable de hablar y escuchar.
La comunicación humana en vivo, cara a cara, existe al mismo tiempo en más de una mente, es decir, es intersubjetiva. La intersubjetividad implica mucho más que el tipo de estímulo-respuesta mecánico llamado hoy en día "interactivo". No es un estímulo-respuesta en absoluto, no es una alternancia mecánica de envíos y recepciones precodificadas. La intersubjetividad es mutua. Es un intercambio continuo entre dos conciencias. En lugar de una alternancia de roles entre la caja A y la caja B, entre el sujeto activo y el objeto pasivo, es una intersubjetividad continua que va en ambas direcciones todo el tiempo.
Si montas en la pared dos relojes de péndulo uno al lado del otro, gradualmente comenzarán a oscilar juntos. Se sincronizan entre sí al estar expuestos a las pequeñas vibraciones que cada uno transmite a través de la pared.
Cualquier dos cosas que oscilen aproximadamente con el mismo periodo, si están físicamente cerca una de la otra, gradualmente tenderán a acoplarse y oscilar exactamente con el mismo periodo. Las cosas son flojas. Se necesita menos energía para oscilar cooperando que para oscilar en oposición. L@s físic@s llaman a esta pereza hermosa y económica: acople de fase mutuo o caer en sincronía.
Todos los seres vivos son osciladores. Nosotr@s vibramos. Ya sean amibas o humanos, pulsamos, nos movemos rítmicamente, cambiamos rítmicamente; llevamos el tiempo. Puedes verlo en la amiba bajo el microscopio, vibrando en frecuencias a niveles atómico, molecular, subcelular y celular. Ese latido constante, delicado y complejo es el proceso de la vida misma que se hace visible.
Nosotr@s, que somos grandes criaturas multicelulares, tenemos que coordinar millones de frecuencias de oscilación diferentes, e interacciones entre estas frecuencias, en nuestros cuerpos y en nuestro entorno. La mayor parte de la coordinación se efectúa sincronizando los pulsos, haciendo que los latidos entren en un ritmo maestro.
Al igual que los dos péndulos, aunque a través de procesos más complejos, dos personas juntas pueden sincronizarse mutuamente. Una relación humana exitosa implica sincronizarse. Si esto no pasa, entonces la relación es incómoda o desastrosa. [...]
Cuando le dices una palabra a alguien que escucha, el hablar es un acto. Y es un acto mutuo: el escuchar del oyente permite hablar al hablante. Es un evento compartido, intersubjetivo: el oyente y la persona que habla se sincronizan entre sí. Ambas amibas son igualmente responsables, físicamente, involucradas inmediatamente en compartir partes de sí mismas.
La comunicación mutua entre las personas que hablan y las que escuchan es un acto poderoso. El poder de cada hablante se amplifica, se aumenta, mediante la sincronización con las personas que escuchan. La fuerza de una comunidad se amplifica, se aumenta, por su sincronización mutua al hablar.
Esta es la razón por la cual la pronunciación es mágica. Las palabras tienen poder. Los nombres tienen poder. Las palabras son eventos, hacen cosas, cambian cosas. Transforman al hablante y al oyente; alimentan la energía de un lado a otro y la amplifican. Alimentan la comprensión o la emoción de un lado a otro y la amplifican.
--Ursula Kroeber Le Guin fue una novelista de ciencia ficción de la parte del Planeta que llamamos Estados Unidos. Este fue un pasaje de: "La magia de la verdadera comunicación humana".
Preguntas semilla: Preguntas semilla para la reflexión: ¿Qué significa para ti la sincronización mutua? ¿Puedes compartir una historia personal en la que sentiste una sincronización mutua en tu comunicación? ¿Qué te ayuda a mantenerte comprometid@ con la sincronización mutua?