Dolor
por Jiddu Krishnamurti
El dolor debe ser comprendido y no ignorado. Ignorarle es dar continuidad al sufrimiento; ignorarle es escapar del sufrimiento. Para comprender el sufrimiento es necesario acercársele en forma experimental. Experimentar no es buscar un determinado resultado. Si buscas un resultado predeterminado, el experimento no es posible. Si procuras superar el sufrimiento, lo cual es condenarlo, entonces no comprendes el proceso total; cuando tratas de sobreponerte al sufrimiento, no debe haber ninguna acción positiva de la mente para justificarlo o superarlo; la mente debe ser enteramente pasiva, silenciosamente vigilante, de modo que pueda seguir sin duda las revelaciones del dolor. La mente no puede seguir la historia del dolor si está atada a una esperanza, a una conclusión o un recuerdo. Para seguir el rápido movimiento de lo que es, la mente debe estar libre; la libertad no se obtiene al final, es necesario que esté ahí desde el comienzo mismo.
“¿Cuál es el significado de toda esta pesadumbre?”
¿No es la pesadumbre indicio de conflicto, el conflicto del dolor y del placer? ¿No es el pesar la intimación de la ignorancia? La ignorancia no es la carencia de información sobre los hechos; la ignorancia es la falta de atención al proceso total de un@ mism@. Debe haber sufrimiento en tanto no haya comprensión de las modalidades del “yo”; y las modalidades del “yo” sólo pueden ser descubiertas en la acción de la interrelación.
“Pero mis relaciones han terminado”.
No hay fin para la interrelación. Puede haber fin para una relación en particular, pero la interrelación jamás puede terminar. Ser es estar relacionado y nada puede vivir en el aislamiento. Aunque tratemos de aislarnos por medio de una particular relación, tal aislamiento inevitablemente engendrará pesadumbre. El pesar es el proceso
del aislamiento.
“¿Puede la vida volver a ser lo que ha sido antes?”
¿Puede la alegría de ayer repetirse hoy? El deseo de repetición surge sólo cuando no hay alegría hoy; cuando el hoy está vacío, miramos hacia el pasado o hacia el futuro. El deseo de repetición es el deseo de continuidad y en la continuidad no existe jamás lo nuevo. Hay felicidad, no en el pasado o en el futuro, sino sólo en el movimiento del presente.
–Jiddu Krishnamurti. Extracto de: Comentarios sobre el vivir 1, “El sufrimiento”