Accepting Others Totally

ACEPTAR A LOS DEMÁS SIN RESERVAS


Cuando observas el cielo azul, o las estrellas, o los pájaros y las montañas, no te quejas de cómo son. Es más, te agrada y te hace feliz contemplarlos. Miras las rocas en los márgenes del río, y a pesar de que no han hecho nada para agradarte, su visión te complace porque no pretendes que sean de otra manera. Te parece que están bien porque los aceptas como son. El río avanza por su cauce y eso no te molesta; no necesitas ni que el rumor del agua sea más fuerte ni que la corriente cambie su trazado. De hecho, vas en busca de espacios en la naturaleza porque allí, aquella persona descontenta, enfadada e inconformista que parecería que eres, no se manifiesta. En esos espacios el punto de exigencia que hay en ti queda desactivado. Te fundes con el entorno y te adaptas sin que el mundo tenga que hacer nada para agradarte. Sí que hay por tanto algunas cosas contra las que no tienes quejas. Reconócete en esa persona complacida e incorpórala en adelante a cada situación que te haya incomodado, y con cada persona que te haya disgustado o a quien tú hayas disgustado alguna vez. Después obsérvate, tal y como harías con los pájaros y las montañas. Acepta a los demás tal y como aceptas las estrellas. Pide que algo cambie si piensas que algo tiene que cambiar, o haz lo que puedas para contribuir a ese cambio. Pero primero, acéptalos. Solo de este modo podrás realmente llegar a ser una persona íntegra.Pretendes que los demás cambien para poder hacer lo que quieras, pero nunca funciona así. Acepta a los demás sin reservas y entonces serás libre, y descubrirás lo que es el amor, que no es otra cosa que tú mismo.
--Swami Chinmayananda